domingo, 27 de junio de 2010

¿Por qué Hipólito?



¿Por qué Hipólito?
Todo observador del acontecer político de su país, debe ser objetivo y cauteloso. Debe analizar los logros de los gobiernos y de sus protagonistas para poder establecer un juicio conciente, pero sobre todo imparcial.
Al analizar el gobierno del presidente Hipólito Mejía, periodo 2000-2004, nos encontramos con un número muy elevado de problemas de orden económico que repercutieron en la vida social y política del país y que condujeron al triunfo del doctor Leonel Fernanadez y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
La debacle del sistema bancario, algunos casos de corrupción administrativa y talvez, en cierto modo, el tema de la reelección, fueron acontecimientos que crearon una imagen negativa del presidente Hipólito Mejía, quien después de haber llegado al poder con un porcentaje muy alto de popularidad, sale del gobierno con uno muy bajo.
Al llegar Leonel Fernández, con más de lo mismo de su gobierno del 1996-2000, pero ahora con un poco más de experiencia y sin Balaguer, logra establecerse y por medio de una de estrategia mecadológica muy bien ejecutada, crea una falsa imagen de prosperidad del país. En medio de la estrategia mercadológica se encuentra una prensa en su gran mayoría controlada por el Gobierno por medio de la corrupcción y la compra de conciencia de los "periodistas" que solo publican lo que al Gobierno le conviene.
Se manipula la información para publicar solo lo que favorece, lo que no, se ignora. Si algo se cuela por el filtro de los sensores del Gobierno, un batallón de "bocinas" pagadas sale a defender al oficialismo de una forma asqueante, dejando de lado la ética y los valores de la carrera periodística.
Salvo en algunos casos, profesionales como Nuria Piera y Alicia Ortega entre otros que constituyen un grupo muy reducido de periodistas serios, se mantienen haciendo denuncias de corrupción sustentadas por pruebas irrebatibles que en muy pocas ocaciones son seguidas por acciones judiciales, porque están solos. Los demás medios y periodistas no le dan seguimiento a estas denuncias, lo que les daría más fuerza y proyección para que el pueblo las conozca y se logre la reacción del sector judicial y procesen estos casos.
Estas denuncias muy raras veces son publicadas o discutidas en otros medios que no sean exclusivamente los de los periodistas denunciantes, porque éstos defienden a capa y espada sus intereses y amarres comerciales con el Gobierno. Dependiendo de qué tan importante sea el funcionario denunciado y su relación con el Presidente se le provee de una especie de escudo mediático que no permite que esto vaya más alla de ser una simple denuncia de un periodista que califican de "interesado".
Lo peor es que tenemos un Presidente ausente, preocupado más por su imagen que en la conveniencia del país, más interesado en proyectar una imagen de estadista con talla internacional que por tratar de llevar a su país hacia un futuro próspero.
Analizemos lo siguiente, todo lo que tiene que ver con la imagen del país en los organismos internacionales se protege, se promueve y se defiende como si fuera la única prioridad, ¿por qué?, porque es la única forma de adquirir préstamos para poder saciar el hambre incontenible de la corrupción.
No le llegan al pueblo de ninguna manera los fondos adquiridos por los préstamos internacionales, dinero que se queda en los bolsillos de los funcionarios corruptos y en los muy elevados gastos del Gobierno, pero sí son muy celosos en mantener los índices económicos en verde para poder seguir adquiriendo dichos préstamos, sin que se sepa, en la mayoría de los casos, de dónde van a salir los fondos para pagarlos. Todos los países organizados, cuando solicitan préstamos establecen una estrategia específica para determinar de dónde se van a generar los fondos para cubrirlos. En nuestro país no es así. Tomamos el préstamo y “luego hablamos”.
Cuando el Gobierno habla de crecimiento económico lo hace utilizando los índices de capacidad crediticia a nivel internacional, eso es todo. El país no ha crecido económicamente, lo que ha crecido es la capacidad de mantener una imagen ante la banca internacional que permite que nos endeudemos más. Un ejemplo básico: usted le toma un préstamo a un banco por RD$10,000 y deberá pagar mensualmente RD$200. Si usted religiosamente paga los RD$200 todos los meses a la fecha establecida por el banco es una persona solvente ante éste, lo que le permitirá adquirir más préstamos con ese mismo banco o utilizar su historial crediticio para adquir un préstamos en otra institución.
Siempre que usted cumpla con las exigencias de los bancos, éstos van a dar buenas referencias suyas. Ahora bien, los bancos no saben, ni les interesa, si usted para pagar religiosamente sacrifica la educación y salud de su familia. Solo aspiran a que le paguen su dinero.
Esto es lo que hace el Gobierno acual, sacrificando las necesidades básicas del pueblo dominicano cumple con los organismos internacionales. Cabe recordar que si la información manipulada que suministra el Gobierno a estos bancos es positiva y a su vez es apoyada por un buen historial de crédito, eso reflejará ante estos organismos que el país ha crecido económicamente, en base a que ha aumentado su capacidad de tomar préstamos.
El gobierno del presidente Fernández ha llevado al país al abismo. Nos encontramos ante los índices más altos de la historia en corrupción y delincuencia, y el Presidente sigue viento en popa acarreando una imagen de prosperidad que solo se ve en el círculo que lo rodea, indiferente ante lo que sufre el pueblo y mintiendo en cada oportunidad. La misma estrategia la tiene la mayoría de sus funcionarios, que a su vez van entretejiendo y manipulando la posibilidad de quedarse en el poder para siempre, como si se tratara una dinastía heredada de los dioses. Eso debe cambiar. No creemos que nuestro pueblo sea tan ingenuo y sobornable como ellos quieren que sea, talvez muy pronto, en el 2012 ojalá y no antes.
Tomando en cuenta los aspectos analizados y dada la escasez de liderazgo del país, tenemos que llevar nuestra atención hacia un hombre que con su conocida sensillez ha admitido sus errores del pasado, rediseñó su entorno político, de honestidad probada, y que sobre todo tiene un carácter firme, que son cualidades que no ha podido demostrar el presidente Fernández.
Hipólito Mejía debe ser el próximo Presidente de la República, es lo que le conviene al país y a sus instituciones, un Gobierno de integración, sin politiquería, práctico y, sobre todo, en el que cada sector productivo se sienta integrado y comprometido, un presidente para los dominicanos.